Como muchas otras empresas del sector, en La Borgenca se realizan conservaciones de hasta 12 meses en cámara frigorífica, y eso les obliga a desinfectar los 44 espacios de los que disponen, de forma periódica. Esta tarea, para eliminar hongos, esporas y parásitos, se realizaba con productos químicos.
“Trabajábamos como el resto de empresas, pero nos vimos obligados a investigar y buscar un proceso que se adaptase mejor a nuestras necesidades. Los productos químicos para la desinfección de las cámaras y palots generaban problemas de residuos y tiempo. Además, la madera es un material poroso y es fácil que se produzca contaminación cruzada y se nos rechazasen grandes cantidades de fruta. Cuando se trabaja con márgenes tan ajustados, un pequeño volumen de fruta rechazada puede comprometer la viabilidad del negocio”.